
Seguramente una de las primeras cosas que escuchaste al iniciar tu estilo de vida saludable, probablemente de tus compañeros de gimnasio o incluso de tu nutricionista es el famoso cheat meal o comida trampa. Y es que en el mundo del fitness se ha vuelto muy popular, incluso mandatorio para la gran mayoría de personas que llevan una alimentación limpia y saludable. Pero cuidado, porque como todo en la vida, la comida trampa tiene sus pros y sus contras y es muy importante conocerlos para decidir si vale la pena incluirlo o no.
Empecemos por decir que, dentro de un régimen de alimentación sano y estricto en el que probablemente tengas como objetivo perder peso y grasa, la cheat meal es una (sí, solamente una) comida poco saludable que haces en la semana. Esto de ninguna manera implica que debas obligarte a comer pizza, hamburguesas o perros calientes porque sí, sino que entiendas que puede ser una estrategia para darle un respiro a tu organismo e incluso a tu propia mente.
Muchas fuentes afirman que la cheat meal puede ser beneficiosa a nivel metabólico, en consideración a que como nuestro cuerpo está tan acostumbrado al régimen alimenticio juicioso, cuando le damos ese estímulo en forma de calorías, recoge mejor los nutrientes y puede favorecer la termogénesis, imprescindible si queremos quemar grasa. Sin embargo, debes tener presente que, si bien es cierto, que nuestro metabolismo aumenta después de comer, si te atiborras de pizza y helado, excediendo tus calorías a niveles exorbitantes, tu cuerpo no se acelerará tanto como para consumir esa cantidad de energía y terminarás simplemente acumulando grasa.

Por otro lado, y como lo mencioné antes, definitivamente uno de los beneficios de hacer cheat meal es sin duda la parte psicológica. Muchas personas perciben la comida trampa como un premio a su esfuerzo y sacrificio semanal y esto les sirve para mantener la constancia y la motivación para alimentarse adecuadamente hasta el día en que se pueden dar ese gusto. Sin embargo, y como todos somos diferentes, es importante identificar si incluir ese premio en la semana te ayuda o no en la búsqueda de tus objetivos. Si sientes que el hacer cheat meal te genera ansiedad por ingerir más alimentos de ese estilo, atracones de comida o simplemente te hace perder la motivación al ejercicio por sentirte culpable de “perder todo tu progreso” mejor no lo hagas.
De hecho, en mi muy humilde opinión, el simple hecho de llamarlo comida trampa tiene connotaciones negativas, porque ¿a quién le estamos haciendo trampa? Sinceramente pienso que es más importante tener una relación adecuada con la comida, entender que sí bien una sola comida saludable no te hará adelgazar, de la misma forma, una sola comida no saludable no afectará tu peso. Somos el resultado de lo que hacemos la mayoría del tiempo y es ahí donde debemos enfocarnos.
En conclusión, es importante entender que la comida es simplemente información para el cuerpo. Tú decides la calidad de información que permites que ingrese a tu organismo. Nuestro cuerpo es demasiado inteligente y siempre sabrá que hacer.
Si definitivamente quieres optar por la cheat meal te dejo algunos consejos:
- Puedes elegir hacer una sola comida grande en la semana (desayuno, almuerzo o cena), preferiblemente un día que entrenes fuerte. Esto te permitirá recargar tus músculos de glucógeno y estar listo para el siguiente entrenamiento.
- También puedes optar por darte varios gustos pequeños, 2 o 3 veces a la semana, haciendo que entren dentro de tus requerimientos calóricos diarios.
- Acepta que después de una cheat meal es muy probable que retengas cierta cantidad de líquidos. Te sentirás hinchado por un par de días y no debes confundir esto con una variación de tu peso, ya que es simplemente agua que se acumula por la ingesta excesiva de carbohidratos.
- Puedes hacer lo que yo llamo una “no cheat meal”, es decir, elegir un día en el que comas mucho más, pero manteniéndote dentro del rango de comida saludable. Puedes lograrlo simplemente evitando las harinas refinadas y el azúcar. Por ejemplo, si quieres comer pizza o hamburguesa, trata de hacerla casera, aunque se trate de ingredientes muy calóricos, será mejor que sus versiones comerciales. Así mismo, si es posible, es mejor emplear proteínas y grasas no procesadas, las cuales resultarán saciantes y, a pesar de su aporte calórico (en cuanto a las grasas se refiere), no se renunciará a la calidad alimentaria.
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- Recuerda que es solo una comida, no todo el día, así que elígela bien y sobre todo DISFRÚTALA.
- Si estás empezando tu etapa de pérdida de grasa es mejor que evites la cheat meal hasta que hayas alcanzado una meta específica. De lo contrario, puede ser un obstáculo para que veas los resultados que quieres.
- Si haces Ciclado de Carbohidratos, elige hacer la cheat meal el día siguiente al día más bajo en carbohidratos. Si eres estricto, la cheat meal no debería exceder entre el 10% y el 20% de tu ingesta calórica diaria normal.
- Duerme bien el día anterior e hidrátate correctamente. Los niveles elevados de cortisol por no dormir correctamente pueden ocasionarte ansiedad que seguramente saciarás con comida.
- Finalmente, al día siguiente de la cheat meal, lo principal es no tener remordimientos, pues la negatividad psicológica no ayuda en ningún caso a continuar con la rutina de pérdida de grasa. Otra opción recomendable es optar por un ayuno de 16 horas después de la comida trampa.
Espero que esta información sea de ayuda para tu proceso. Recuerda que es importante entender a tu cuerpo y darle lo que necesita. Nutrirlo y no solo alimentarlo siempre será la mejor opción.